sábado, 25 de abril de 2020

Confesiones XXV

No sé por qué esta obsesión repentina contigo otra vez. No sé por qué llevas varios días que no soy capaz de parar de pensarte, de escuchar canciones que me recuerden a ti, de cotillearte a ver si de alguna manera averiguo qué estás haciendo, alguna señal de si tú también me piensas a mí.

Supongo que no. Supongo que ya ha pasado mucho tiempo, y que la vida evoluciona y nosotros con ella. Pero joder, qué huella tan profunda dejaste para que te sigas paseando de vez en cuando por mi cabeza a estas alturas.

No es algo permanente, no es algo que me pase siempre.

Simplemente estoy enamorada de la idea de vida que tú me enseñaste, enamorada de lo que yo era contigo, de cómo me sentía. Y a veces, solo a veces, lo echo de menos.



Yo sé que a ti ya no te asustan con mi nombre, 
y de seguro no escondes un suspiro si me ves. 
Yo sé que a ti te está fallando la memoria, 
y a lo peor nuestra historia ya no cuelga de un tal vez. 
Pero si todo sale bien ya no tendré más pesadillas, 
ni raspadas las rodillas por rogar ante tus pies. 
Y si te atreves a volver te acordarás sin que te diga, 
que nunca te olvidé. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario