viernes, 30 de diciembre de 2016

Navidad, Navidad, 'dulce' Navidad.

Desgraciadamente, hace mucho que perdí el llamado 'espíritu de la navidad' que hace que estas fechas se llenen de alegría y magia.
Aunque puede también que ese espíritu me lo arrebataran. Porque a ver a qué niña le apetece que llegue el día de reyes si su rey mago favorito ya no está para envolverle los regalos. O qué cena de noche vieja puede superar a esas comidas para un regimiento que la mejor cocinera de la familia hacía cada año.
La navidad es familia.

Cuando no puedes más.

Aún sigo sin entender por qué soy tan ingenua de seguir haciendo cosas que no me gustan, que no quiero hacer, que no puedo hacer.
Mi vida empezó a convertirse en una espiral de mierda cuando alguien pensó en tomar las decisiones por mi, y no acepta que esas decisiones no me hicieron feliz. Pero claro, cómo voy a ser egoísta con la persona que me trajo al mundo, vaya desfachatez.
Ella pensó en ella, cuando debería haber pensado en mi. Ella es feliz a costa de que yo no. Ella no quiere dejarme libre, porque prefiere tenerme encerrada.
No entiende que no quiero, que no puedo, que yo no quiero esta vida.
Tomaste decisiones sin darte cuenta que llevabas una maleta de más, la cual no encaja ni va a encajar jamás en tu vida.
Puedo actuar, puedo hacer como que todo es maravilloso y bonito, y en realidad no lo es. Y volveré a explotar, porque ya he explotado otras veces, y no es algo que nos guste a ninguno. Pero es lo que suele pasar cuando oprimes a una persona, y encima es tan gilipollas de dejarse dominar.