miércoles, 6 de enero de 2021

Confesiones XXII

 Llevo toda mi vida intentando huir de eso que se conoce como "zona de confort". Criticaba mucho a la gente que no era capaz de ser independente, de salir, de vivir... Pero realmente lo hacía porque me daba envidia cómo disfrutaban de todo lo sencillo que tenían alrededor. 

En mi caso, cada vez que las cosas me iban mínimamente bien, hacía lo imposible para boicotearlas, indirectamente y sin hacer mucho ruido. Hasta ahora, no era capaz de disfrutar de la paz que llegaba a mi vida, y creo que todavía sigo sin saber hacerlo del todo.

Pero este año me he propuesto dejar de huir, darle tiempo a quienes se lo merecen, convertirme en una persona casera y aburrida que siempre queda con las mismas personas y siempre hace los mismos planes. Estas personas antes me parecían lo peor de este mundo, y ahora creo que necesito ser una de ellas para encontrar la calma que tantísima falta me hace.