martes, 2 de febrero de 2021

Felices 59

 Hola papi, muchísimas felicidades. 

No sabes lo muchísimo que te sigo echando de menos, y no sabes lo duros y diferentes que han sido estos últimos 365 días. 

La verdad es que no sabría muy bien por dónde empezar a contarte cuáles son las cosas más importantes que he aprendido y me han pasado este año. Después de haber vivido, y estar viviendo, una pandemia mundial, las cosas que antes te parecían importantes, ahora se viven un poco insignificantes.

Este año he experimentado lo que son el estrés, el agobio y la ansiedad de una manera que antes no había vivido. La verdad es que ha habido días que te he necesitado muchísimo, que me hubieran venido bien tus consejos, o que simplemente vinieras a mi cuarto con un Bifrutas en una mano y un trozo de chocolate en la otra, como símbolo de que estabas ahí para lo que necesitara, aunque tú supieras que no hacía falta porque era (y soy) fuerte, y aunque yo ya supiera que siempre me ibas a sostener. Al final, no solo perdí a un padre cuando tenía 16 años, también perdí a mi referente, y este año sin ti he estado muy perdida en algunos momentos. 

Pero también he aprendido cosas buenas. He aprendido un poquito más lo que es el amor propio, a quererme y a aceptarme más, a ser consciente que me merezco cosas buenas, cosas grandes, cosas que quiero. También he empezado a analizar de alguna manera mis emociones, y a darme cuenta que no son malas y que puedo permitirme estar triste o agobiada si lo necesito. Aunque no me pueda regocijar en las emociones negativas, pero hay que vivirlo todo y levantarte cuando estés preparado. 

También he tocado fondo, de una manera que nunca me hubiera gustado experimentar. Me sentí débil, indefensa, pequeña, reemplazable... Pero después de esa caída, me levanté a la velocidad de la luz, y llegué a la cima de una manera mucho más brillante. Todavía me quedan muchos picos por conquistar, pero poco a poco. Siento que estoy creciendo como persona, y eso me hace sentir bien conmigo misma. 

Y lo mejor de este año, algo que ya sabía pero que nunca lo he agradecido suficiente, han sido todas y cada una de las personas que tengo a mi alrededor. Uno de mis mayores miedos siempre ha sido la soledad, la soledad completa y absoluta, y la verdad que este último año ha sido el que menos sola me he sentido. Me siento afortunada de tener los amigos que tengo, de contar con ellos, de que sean mi vía de escape en este mundo loco en el que estamos viviendo ahora. 

Espero que todo vaya a mejor, de momento me conformo con que no empeoren las cosas, y pronto podamos volver a una normalidad. 

Dale un abrazo a Sombra de mi parte. Su cumpleaños sería en 15 días, y va a ser el primero en el que no esté. También la echo muchísimo de menos, me hace mucha falta su compañía y su comprensión, pero seguro que contigo está mucho mejor. Solo quiero que corráis, juguéis, y seáis felices. 

Te quiero muchísimo. 

Hasta el año que viene.