domingo, 1 de marzo de 2020

Confesiones XXII

Hace un año que te conocí. No es un dato relevante, ahora no tenemos ningún tipo de relación, pero que tú aparecieras me hizo replantearme muchas cosas.

Ahora sé qué quiero, qué me merezco. Supongo que desde entonces sigo buscando conectar con alguien de la misma manera que conecté contigo la primera vez. Todavía no lo he encontrado.

Aprendí que las películas románticas pueden pasar en la vida real, que puedes sentir que el destino te ha cruzado con alguien porque teníais que conoceros. Y me da igual que no fuera un "para siempre", yo contigo sentía que levitaba, que era fuerte y que podía con todo, que era feliz.

También aprendí que a veces es bueno hacer cosas que están mal, porque merecen la pena, aunque los demás te digan que no lo hagas, a mi me mereció la pena.

Lo creas o no, cambié cuando te fuiste. Soy más desconfiada, ya no consigo apostarlo todo por alguien. Voy siempre con miedo a que se vayan y desaparezcan de un día para otro, como hiciste tú, no soy capaz de abrirme a alguien. Y eso me jode.

Solo espero que no seas el último (ni el único) que me haga sentir así. Me cuesta aceptarlo, pero soy una romántica empedernida, y sé que hay alguien ahí fuera para mi. Y no, no fuiste tú, pero ojalá me haga sentir tan solo la mitad de bien que me sentía cuando estaba contigo.


Me han dejado maniatada la Gran Vía, 
que es la vía más pequeña que encontraste.
No fue mentira, no fue desastre,
tan solo vimos fugar nuestra estrella al pasar.
He venido a que me cuentes tu historia,
no a que arranques con tu piel mi memoria. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario